Rodeada de ciudades con una riqueza cultural que remonta al primer milenio A.C., Portimão se encuentra a escasos 16 km de Silves, una ciudad poblada de ruinas y tradición medieval.
El Castillo de Silves, una de las obras más notables de arquitectura militar que los árabes han dejado entre nosotros hace más de mil años, se encuentra en el cumbre de la colina sobre la cual fue edificada la ciudad. Entre los muchos puntos de interés de esta fortificación se destaca, al lado de la entrada principal, una escultura en bronce que representa el Rey Sancho I, monarca que en 1189 conquistó por vez primera la ciudad de Silves a los árabes, con la ayuda de los cruzados.
Pero la riqueza cultural de la región no se limita a Portimão y Silves. Ciudades como Lagos y Sagres son lugares ricos en historia que deben ser descubiertos y apreciados.
Muy marcado por la influencia de los Descubrimientos, muchos de los monumentos aún respiran el espíritu aventurero de los Portugueses. En el punto más occidental de Europa, se encuentra la Fortaleza de Sagres, mandada construir en esa época por el Príncipe Enrique. Es el monumento más visitado del Algarve y uno de los más visitados del país. Aquí, donde la tierra termina y comienza el mar, partieron los navegadores Portugueses a la conquista del mundo.